Aunque el consumo de la compota no está tan extendido como otros dulces de fruta como la mermelada o la jalea por ejemplo, os diré que se trata de un aliado perfecto para acompañar postres como yogures o panna cotta o para comerlo directamente solo ya que al emplear mucha menos cantidad de azúcar que cuando elaboramos una mermelada, la compota siempre resulta un dulce de lo más agradable para degustarlo sin acompañamiento alguno.
Puedes además degustarlo con los trozos enteros de la fruta o triturarla ligeramente como yo he hecho, ya que en casa y particularmente a los niños les gusta mucho más con la textura algo más fina.
Si quieres que la compota te quede más fina igual que a mí, triturala durante 3 seg/vel 4. A mí particularmente me gusta con los trozos de fruta más enteros pero en este caso la hice para la merienda de los niños y sabía que de esta manera se la iban a comer de maravilla y efectivamente no me equivocaba.