Cada vez que hago este bizcocho en casa me hacen la ola. No se qué tiene que siempre desaparece del plato en cuestión de minutos y se lo empiezan a repartir como si no hubiese nada más qué comer. Aunque lo que sí que es cierto es que tanto su textura como su sabor son realmente espectaculares. Imagino que la leche condensada tiene mucho que ver porque si os digo la verdad la preparación no puede ser más sencilla y más fácil.
Normalmente además suelo hacer dos bizcochos a la vez y congelo uno una vez que se ha enfriado y de esta manera tenemos bizcocho casero para desayunar durante unos cuantos días.