Este chutney de tomate me trae muy buenos recuerdos. El verano pasado pasé una temporada en una pequeña ciudad de Irlanda y recorrí varios de los cafés de la zona. A la hora de comer era muy típico tomar una sopa una tostada salada. En muchas de ellas usaban el chutney de tomate, una especie de mermelada especiada llena de sabor que alegraba cualquier trozo de pan.
Traje varios botes en mi equipaje de vuelta, pero tenía ganas de hacerla en casa. Así que me puse a hacer varias pruebas hasta que encontré la versión que más me recordaba a esos cafés de Irlanda.
No sólo en sandwiches o tostadas, es genial para alegrar un filete, una hamburguesa o incluso para hacer un aliño para ensalada. Lo bueno es que puedes tener un bote en tu nevera y usarlo cuando más te apetezca. Y si quieres, puede embotar y guardarlo como otras conservas. No te arrepentirás.