Ya sabéis lo aficionada a las galletas que soy. Creo que no he probado todavía una galleta que no me guste. Me gustan las galletas de todo tipo, las hechas con harina integral, de avena o de espelta, las galletas que llevan fruta en su masa, las galletas rellenas y las galletas más simples que os podáis imaginar. Disfruto con cada una de ellas y de hecho es habitual que después de comer vaya a la despensa y busque cualquier galleta para poner el broche dulce al final de la comida.
Estas galletas además me encantan porque además de tener chocolate, las puedes dejar a tu gusto en cuanto a la textura. Así si te gustan blanditas no tienes más que reducir el tiempo de horneado en 3-4 minutos y si por el contrario te gustan más doraditas añádele esos mismos minutos al tiempo de cocción.
Puedes triturar tu mismo el chocolate introduciéndolo en el vaso y dándole dos o tres golpes de turbo o bien puedes también cortarlo con ayuda de un cuchillo.