La sopa de cebolla tiene su origen en Francia en concreto en París y según podemos saber de su historia, este plato lo consumían los trabajadores a altas horas de la madrugada en tabernas y restaurantes que rodeaban en mercado central de abastos con el fin de comer un plato caliente y reconstituyente tras la dura jornada de trabajo. La costumbre no solo se mantuvo, si no que se extendió a todo Francia. Se dice además que en 1826 Francia decreta que todos los domingos se consumiría sopa de cebolla...
Es un plato muy sencillo de preparar y con muy pocos ingredientes. Una vez servido en el plato podemos enriquecerlo con queso rallado, taquitos de pan frito o también podemos gratinarla en el horno. Cualquiera de las versiones es realmente deliciosa.