Esta es una sencilla receta japonesa, un plato vegetariano a base de berenjenas cocinadas con miso, un plato ligero, muy sano y equilibrado. El miso, pasta fermentada, es un ingrediente básico de la cocina japonesa. Hay también versiones de este plato que incorporan carne, de cerdo o de ternera.
El miso es uno de los condimentos más antiguos. Aunque su elaboración es muy complicada, no hay que preocuparse, ya que es fácil de encontrarlo ya preparado en supermercados en diferentes tipos. Se trata de una pasta espesa fermentada, que se elabora a partir de semillas de soja hervidas y machacadas, que luego se mezclan con un cultivo de trigo, arroz, cebada o guisantes. Esta mezcla se deja fermentar hasta un máximo de tres años, hasta alcanzar su punto perfecto.
Hay muchas variedades de miso, y se agrupan en grados, según el color y la intensidad del sabor, desde el miso claro y ligero llamado shiro, el miso rojo, de intensidad media, llamado aka, hasta el kuro, un miso negro de sabor más fuerte e intenso, o el miso estándar, de un color verde amarronado, más suave que el rojo, de intensidad media.
Como hemos dicho, es fácil de encontrar en supermercados, y se debe conservar refrigerado (o incluso congelado), y a veces se puede encontrar ya mezclado con dashi para elaborar la famosa sopa de miso. Además de sus virtudes como sazonador, el miso nos aporta enzimas que ayudan a la digestión, y suministra carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y proteínas.
Ingredientes
100 gr. miso, 50 gr. azúcar, 50 gr. aceite vegetal, 800 gr. berenjenas, cortadas en dados.
Elaboración
Introduce en el vaso del Thermomix las berenjenas, bien lavadas y secas, sin pelar y cortadas en dados. Trocea 4 segundos a velocidad 4.
Añade el aceite y cocina 10 minutos a temperatura varoma, velocidad 1.
Incorpora el miso y el azúcar, y sigue cocinando otros 3 minutos a 100º, velocidad 1, hasta que quede una mezcla cremosa y aromática. Aparta y reserva. Sirve al momento, como plato vegetariano, o guarda y reserva. Se puede usar también como relleno de unos pastelitos tradicionales, los oyaki.
A la hora de servir, puedes decorar con semillas de sésamo, y regar con un poco de aceite de sésamo, si quieres.
Facil y delicioso.